Sencillez

por Joaquín Meroño

En una conversación acerca del consumo y los productos que elegimos comprar para nuestro día a día saqué varias conclusiones que no creía tener tan claras. Vivimos en un mundo globalizado donde un envío desde Madrid se entrega al día siguiente en Nueva York. Hemos normalizado comprar en internet una taza de café que se envía desde China.

Analicé los productos que consumo a diario, no me considero nada consumista sino más bien un minimalista, y me di cuenta de que una vez que pruebo una tipología de producto que satisfaga mis necesidades ampliamente soy fiel para siempre. Ni el coste, ni la recomendación de otros ni la novedad cambian ya mi postura.

Algunos ejemplos de marcas a las que les practica fidelidad religiosa y que sus productos son innegociables para mí son Apple, Mercedes, Aesop o el café que compro desde hace más de diez años en la misma tienda de toda la vida. Cuando probé el primer iPhone, cansado de la torpeza de Android, nunca hubo más opción. Cuando ahorré todo un verano para comprarme mi primer MacBook, cansado de las interminables actualizaciones de Windows, nunca hubo más opción.

Con esto gano simplicidad y ahorro. Y explícito por qué. Variando de productos para ver si funcionan o no implican un gasto. Si no funcionan ahí quedan y debes suplirlos comprando otra variante, o bien, debes venderlos en el mercado de segunda mano, por lo tanto pierden valor. Aconsejo que eliges siempre lo que te funciona, a ti.

Por otro lado gano tiempo, porque ya nada de otras marcas del mismo sector me interesa. No tengo que mantenerme actualizado sino a lo que lanza la tecnológica más avanzada del mundo o comprarme la misma crema que, simplemente, mejor me funciona. Evidentemente todo tiene caducidad. De lo único que debo preocuparme es de mantener el stock comprando siempre el mismo producto una y otra vez. Cuando cumpla un periodo de tiempo lo suficiente prolongado como para actualizarme o cuando se gaste el bote. Así de sencillo.

Aplica el mismo método de simplicidad a Bileven. Tras una trayectoria y un amplio catálogo de productos lanzados al mercado, con su debido costo, ya sé lo que funciona y qué no, al menos en nuestra comunidad. Y aunque siempre se pueden cometer errores y seguir aprendiendo, la experiencia y el análisis te ayudan a saber precisar la toma de esas decisiones correctas.

Menos pero mejor, como decía Dieter Rams, un mundo más simple en el que prima la calidad y eficiencia. Sé fiel a aquello que supere tus expectativas. Puede parecer una visión drástica, pero a mí me funciona. Aprender a simplificar tu vida y tus ideas te ayudarán a ser más feliz.

Como Siempre, Con Dedicación.